Tres Ribera de Duero muy personales
Ribera de Duero es una denominación que se ha ganado un reconocimiento dentro del panorama vinícola internacional. El prestigio de una gran marca, un cierto movimiento cooperativista y el empuje de muchos pequeños propietarios han dado lugar en poco más de treinta años a un universo complejo donde coexisten muy distintos tipos de vino y elaboraciones.
Esta selección le presenta tres vinos de tres bodegas familiares, dos de los cuales estuvieron en el origen de la revolución vinícola de la zona a finales de los ochenta y el tercero que, aprendiendo del proceso ha sabido situarse entre los mejores de la zona. Son tres bodegas de dimensión humana que trabajan las uvas de las viñas propias y controlan el proceso desde el inicio hasta el final y, que, por tanto, merecen todo nuestro reconocimiento por su alta calidad.
La primera bodega es Bodegas Balbás, situada en La Horra (Burgos). Cuentan con 102 Ha. de viñedo propio en diferentes zonas de la denominación. La familia Balbás, arraigada en la zona de tiempo inmemorial inició el giro hacia los vinos embotellados de calidad a principios del ochenta siendo bodega fundadora de la D.O. de la que Juan José Balbás fue presidente en 1996. El vino que presentamos es el Crianza 2018, un tempranillo y Cabernet Sauvignon elaborado de manera tradicional y envejecido en madera de roble francés durante 18 meses. Es un vino franco, honesto y goloso. Una buena muestra de los vinos de la región.
La segunda bodega es Félix Callejo, situada en Sotillo de la Ribera. Cuentan con casi 55 Ha. de viñedo propio de cultivo ecológico aún no calificado. La bodega, familiar, se fundó en 1989 y ahora son los hijos que la gestionan siguiendo la tradición familiar. El vino que presentamos es el Parajes de Callejo 2019 elaborado mayoritariamente con Tinta Fina y complementado con la variedad Albillo Mayor. Es un vino fresco y elegante, que integra perfectamente la madera en la que ha madurado durante quince meses. Un valor seguro con un gusto que encaja en paladares muy diversos.
El tercer vino está elaborado por San Cobate Finca y Viñedos, un proyecto relativamente joven emprendido por Antonio Vázquez, bodeguero tradicional de la D.O, que decide iniciar una nueva aventura personal de pequeña dimensión sustentada en unos viñedos propios de excepcional calidad situados en la zona de Gumiel de Mercado donde antiguamente estaba el Monasterio de San Cucufate, hoy ya desaparecido y del que prácticamente sólo quedan restos en escombros. Los vinos de este elaborador son sorprendentes, una pequeña maravilla que merece la pena descubrir. En concreto el vino de la selección es el San Cobate 2018 elaborado al 100% con Tinta Fina y, que, por encima de todo, quiere preservar el carácter de la variedad. Fermentado en depósito de cemento pasa después a una crianza en diferentes tipos de barricas usadas para redondear en grandes barriles de roble francés. Delicado e intenso, un auténtico placer para los sentidos.
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